Lo transdisciplinario de su obra nos permite leerla entre lineas en varios sentidos, nos da una experiencia estética fuerte que nos lleva a la catarsis, sentimos el espacio, se vive la obra, entonces reflexionamos en el discurso que se puede ver en micro o macro, pero no como algo hermenéutico o subjetivo, sino con bases solidas que nos ayudan a asirlo.
La sangre por la sangre o lo explícito en este mundo indiferente no es suficiente, con un lenguaje sutil violenta nuestro espíritu, no deja espacio a la duda, si nos quiere decir algo lo hace con una frase es suficiente para meditarlo, entonces alude a la legitimidad del gobierno, de la ciencia, de los medios de producción.
La obra que elegí para evidenciarlo es la que se ve en la foto: Hé Ram (1991). Que ataca frontalmente a las instituciones universales, ya sea religiosa, gubernamental, económica, individual con respecto al placer, moral o científica.
Con lenguaje sarcástico, y obligándonos a mirar dentro del espejo, como reflejo, trasladando esos valores, desplazando lo conceptual hacia otras dimensiones. Jugando entre categorías de poder y de representación a través del movimiento pendular de algo positivo con algo negativo.
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